Castilla se encargó de reordenar la economía nacional mediante el primer presupuesto estatal, elaborado para el período 1845-1846. Este primer presupuesto reflejó un déficit del 30%, producto de las deudas que el Perú arrastraba desde inicios de la República. Castilla decidió compensarlo con las ganancias obtenidas por la venta del guano. Ante esto, los consignatarios presionaron al gobierno para que les facilitara el acceso a mano de obra barata, a través de una ley en favor de la inmigración de trabajadores chinos, para el trabajo en las haciendas y en la recolección de guano.
Por otro lado, Castilla inició los trámites para el pago parcial de la deuda externa -que ascendía a más de tres millones de libras esterlinas o nueve millones de pesos-, generada a partir de los empréstitos solicitados a Inglaterra en 1822. Asimismo, decidió iniciar la consolidación o cancelación de la deuda interna (dinero adeudado por el Estado a peruanos), y para ello dio plazo para presentar reclamos legales hasta julio de 1852. Se calcula que esta deuda ascendía a 4.320.000 pesos e involucraba no sólo a particulares peruanos, sino también a extranjeros.
Incentivado por la aparente riqueza que atravesaba el país, el gobierno decidió suprimir todo impuesto o contribución estatal, salvo el aduanero. Este hecho da una idea de la confianza que se tenía en la bonanza guanera y del impacto que esta tuvo en la política económica de la época.
Obras públicas y política educativaOtra señal de la prosperidad que el guano generó se encuentra en la importancia que cobró la ejecución de obras públicas. La inauguración del ferrocarril Lima-Callao, el primero en Sudamérica, conjuntamente con la reorganización del Correo, fueron consideradas como señales inequívocas de progreso. También se construyó la Penitenciaría de Lima, que intentó aplicar criterios modernos en la política carcelaria peruana.
En cuanto a la educación, se estableció el primer Reglamento de Instrucción Pública, que mejoró la administración de la educación, y se dispuso la creación de escuelas de artes y oficios. Lamentablemente, esto no logró acabar con el analfabetismo.
Sin embargo, por ambiciones electorales, Castilla decidió ampliar el sufragio universal para mestizos e indios analfabetos mayores de edad que no hubieran contado con escuela primaria en su comunidad.
Defensa nacional
Castilla llevó a cabo una serie de acciones destinadas a fortalecer la defensa nacional. El criterio predominante era el del equilibrio militar con respecto a los países vecinos, en especial frente a Chile, que había llevado a cabo una abierta política armamentista. Castilla sabía lo importante que era e
l dominio del mar, y por ello mejoró la Armada peruana con la adquisición de fragatas, bergantines y un moderno barco de vapor: el «Rímac». Se afirma que fue Castilla quien dijo: «Cuando Chile compre un buque, el Perú debe comprar dos». La política de defensa implicó también una mejor instrucción militar -con la creación de un colegio militar y dos escuelas náuticas- y mejores condiciones para los soldados.